Cómo conseguir que el bebé duerma toda la noche

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Si has llegado hasta aquí es porque, seguramente, estés buscando una solución para que tu bebé duerma toda la noche. Y es que el tema del sueño infantil en ocasiones puede ser realmente complicado. Pero debes saber que no estás solo, la mayoría de los bebés se despiertan muchas veces por las noche y aunque para los padres o cuidadores sea agotador, el sueño tiene una función evolutiva y necesita de la maduración del sistema nervioso para estabilizarse.

Y es importante que los bebés adquieran buenos hábitos de sueño ya que dormir es fundamental para nuestro desarrollo y bienestar. Además, a los bebés, les permite afianzar la memoria, el aprendizaje y favorece el crecimiento. Aspectos muy importantes para el desarrollo y maduración de nuevas habilidades de los bebés.

Pero si el sueño de los bebés es importante también lo es el de sus padres o cuidadores. Los padres también necesitan un horario adecuado de descanso para poder hacer frente al día a día descansados y relajados.

Las fases del sueño en los bebés

Como hemos comentado anteriormente, el sueño es un proceso evolutivo y madurativo. No duerme igual un bebé, que un adolescente que una persona anciana.

El sueño se divide en fase REM (rapid eyes movement) y fase NO REM.

El sueño NO REM es el que el cuerpo utiliza para descansar físicamente. Consta de tres fases que van desde la vigilia hasta el sueño profundo donde es difícil que una persona se despierte y donde aparecen los terrores nocturnos y el sonambulismo.

El sueño REM es la fase en la que se consolida la memoria, los aprendizajes así como retener u olvidar información. En esta fase aparecen los sueños y las pesadillas.

Estas fases del sueño se repiten de forma cíclica y los adultos pasamos continuamente de una fase a otra unas cuatro-cinco veces durante cada ciclo de sueño. Los recién nacidos sólo tienen dos fases de sueño: sueño profundo y fase REM.

El sueño del bebé pasa por diferentes fases y en los primeros años de vida es cuando más cambios ocurren:

  • Las primeras semanas o meses de vida el bebé pasará la mayor parte del tiempo durmiendo, tanto de día como de noche, pero se despertará muy frecuentemente para comer. Su estómago es muy pequeñito y le permite ingerir poca cantidad de leche por lo que cada poco tiempo se despertará para alimentarse, es una cuestión de supervivencia.

En esta etapa, el bebé no diferencia el día de la noche y únicamente tienen dos fases de sueño: fase NO REM y fase REM. Esto es debido a que necesitan tener muchos despertares para alimentarse.

  • De los 3 a los 6 meses. Alrededor de los 4 meses, los bebés comienzan a diferenciar el día de la noche. En esta etapa, el sueño del bebé sufre una rápida evolución. Pasan de las dos fases de sueño que hacen cuando son recién nacidos a las cuatro o cinco fases, asemejándose poco a poco al ciclo de sueño de los adultos. La parte del sueño REM es más larga que en los adultos ya que son muchos los aprendizajes que deben consolidar. El hecho de que hagan más fases de sueño conlleva que haya más despertares; los bebés deben aprender a conectar esas fases, algo que los adultos adultos hacemos sin despertarnos o sin ser conscientes de ello debido al aprendizaje de muchos años pero en los bebés es un mecanismo de defensa que los alerta para comprobar que todo está bien y no hay peligros cerca o para alimentarse. Por esto, es muy probable que nuestro bebé tenga la crisis de sueño de los cuatro meses en las que los despertares son más frecuentes y es muy probable que necesiten nuestra ayuda para volver a conciliar el sueño.

Esta etapa es un momento perfecto para instaurar unos buenos hábitos de sueño en nuestros hijos. El implantar unas pautas que repitamos cada día a la misma hora, les ayuda a anticipar lo que va a pasar y podremos conseguir que duerman más tranquilos y relajados.

  • De los 6 a los 12 meses. En esta etapa los bebés ya son más activos y pasan más tiempo despiertos durante el día. Suelen dormir más horas durante la noche aunque seguirá habiendo despertares. En esta etapa suelen dormir unas 15 horas diarias, 10 durante la noche y el resto repartidas a lo largo del día en un par de siestas.

En torno a los 8 meses aparece la angustia por separación. Los bebés comienzan a ser conscientes de que son seres independientes de sus padres, esto provoca la llamada angustia por separación que les lleva a despertarse por el miedo a perderse o perder a sus padres. En esta edad es muy frecuente que requieran de algún dou dou que les acompañe y lo asocien con la hora de dormir. Si el dou dou previamente lo han tenido en contacto la mamá o el papá, conservará su olor y hará que el bebé duerma más relajado.

Es una época de muchos aprendizajes y muchos cambios en el bebé y es posible que adquirir y consolidar tanta información, unido a la salida de los dientes, a decir las primeras palabras o comenzar a gatear puede llevar a que los bebés tengan más despertares por la noche.

  • De los 12 a 24 meses. A los 12 meses los bebés van acortando o eliminando las siestas. Van comenzando a ponerse de pie y muchos ya comienzan a andar. Todos estos cambios y aprendizajes que van adquiriendo, afectan al sueño y comienzan a tener más microdespertares que pueden durar hasta los tres años.

Las fases del sueño también van cambiando a medida que los bebés van creciendo. En esta etapa, la duración de la fase REM va disminuyendo poco a poco.

  • De los 2 a los 5 años. Suelen dormir unas 11 horas diarias. Alrededor de los 3 años de edad, el sueño nocturno se estabiliza por norma general y ya son poco frecuentes los despertares durante la noche.

¿Cómo conseguir que el bebé duerma toda la noche?

El sueño y el descanso en los bebés es primordial para su correcto desarrollo y adquisición de conocimientos. Debemos procurar que los bebés tengan unos buenos hábitos de sueño para que su descanso sea óptimo.

No existe un truco mágico que nos vaya a permitir que nuestro bebé duerma toda la noche del tirón, ni un método universal que nos vaya a funcionar a todos los padres para dormir a nuestros bebés. De hecho, cada bebé es único, lo que funciona con unos bebés no funciona con otros por eso la mejor recomendación que te podemos dar es que escuches a tu bebé, trata de entender sus necesidades para aliviarlas y sobre todo, ten claro que lo habitual y totalmente normal en los bebés es que durante los dos primeros años de vida, tengan despertares muy frecuentes y su sueño sea muy cambiante hasta que poco a poco se vaya regulando.

Teniendo claro lo anterior, es cierto que hay algunas prácticas que podemos seguir para tratar de conseguir que el bebé duerma toda la noche.

  • Establece una rutina que repitas cada día a la misma hora. Para tratar de conseguir que el bebé duerma toda la noche es recomendable seguir los mismos pasos cada día y a la misma hora: se puede comenzar dando un baño suave y relajante, un masaje con aceites naturales, en un ambiente tranquilo y calmado, con una temperatura adecuada, darle de comer antes de dormir, cuéntale un cuento o cántale una canción. El repetir continuamente las mismas acciones y a la misma hora hará que el bebé entienda lo que va a ocurrir a cada momento y que vaya más relajado a la hora de dormir.

  • Proporciónale un objeto de apego. Un dou dou es el peluche que habitualmente se utiliza como objeto de apego porque es suave y tiene una textura agradable, es fácil de manejar y agarrar por el bebé, tiene un olor característico que al bebé le reconforta (recomendamos que la madre o el padre lo tengan sobre ellos para que conserve su olor y proporcione mayor seguridad al bebé). Pero no es necesario que el objeto de apego sea un dou dou, puede ser una muselina o cualquier objeto adecuado que al niño le proporcione seguridad. Te recomendamos que dispongas de más de uno para que no haya dramas en caso de que se pierda o se olvide. Es muy recomendable también que lo personalices con su nombre para que no lo confunda con el de otros niños en caso de que lo tenga en la guardería o lo lleve siempre consigo.
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  • Que el bebé duerma en la misma habitación que los padres puede ayudar a que el bebé duerma toda la noche y que el descanso sea mayor, tanto de los padres como del bebé. Los pediatras recomiendan que los bebés duerman en la misma habitación que los padres pero en su propia cuna (al menos durante los tres primeros meses de vida), preferiblemente si la cuna es de colecho y siempre que se cumplan las condiciones para practicar un colecho seguro. La Asociación Americana de Pediatría recomienda que el colecho en la misma cama se realice a partir de que el bebé tenga un año de edad para evitar el riesgo de muerte súbita del lactante.

Para la práctica del colecho resulta muy útil la utilización de cunas nido. Puedes colocarlas dentro de la cuna del bebé, en la cama, en el sofá y es muy cómodo de transportar a la hora de viajar y que el bebé tenga su propio espacio para dormir pero esté cerca de tí y puedas tenerlo vigilado. Con el nido creamos un espacio para el bebé pero a la vez lo tenemos cerca para alimentarlo o calmarlo cuando lo necesite sin tener que levantarnos o despertarnos completamente.

  • Si el bebé tiene muchos despertares, no lo dejes llorar. La práctica de dejar llorar al bebé se ha comprobado que no aporta beneficios al bebé y que puede ser perjudicial para él.

Piensa que cuando el bebé llora lo hace porque necesita calmar una necesidad que tiene: hambre, sueño, apego, frío o calor, dolor o molestias, etc. Si desatendemos su necesidad, puede producir intranquilidad e inseguridad además de una mayor irritabilidad. Lo mejor es que tratemos de atender la necesidad que tiene el bebé, lo calmemos y así podrá dormir de forma más relajada y tranquila.

Una vez atendidas las necesidades del bebé de hambre e higiene, el contacto piel con piel con una persona de apego y la succión no nutritiva son los mecanismos más eficaces para calmar al bebé.

Puedes proporcionarle un chupete para ayudarle a relajarse. La Asociación Española de Pediatría dice que el chupete reduce el estrés en los bebés y les ayuda a conciliar el sueño, además de disminuir la probabilidad de muerte súbita.

Si decides proporcionarle el chupete al bebé, te damos una serie de recomendaciones:

  1. Ofrécele el chupete a partir del primer mes de vida. Antes de este momento, si la lactancia materna no está bien instaurada puede ocurrir que el chupete interfiera con la succión.
  2. Siempre que sea posible, usar la talla de tetina más pequeña durante todo el tiempo que el bebé utilice el chupete. Con esto podemos evitar que haya efectos negativos en la formación del paladar y en la dentición.
  3. No mantener el uso del chupete más allá del año de vida.
  4. Mantener una correcta higiene del chupete esterilizándolo cuando sea necesario y siguiendo las indicaciones del fabricante.
  5. Revisa periódicamente las tetinas. Cuando comienzan a salir los dientes es muy probable que muerdan el chupete y debemos asegurarnos que la tetina no está rasgada o rota. Para comprobarlo, tiraremos de la tetina hacia los lados.
  6. Sustituye el chupete periódicamente según las instrucciones del fabricante, habitualmente cada mes y medio o dos meses.
  7. Utiliza sujetachupetes homologados para evitar que el chupete caiga al suelo y coja suciedad o se pierda.
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Desde Entre Tartas y Pañales, la mejor recomendación que te podemos hacer es que escuches a tu hijo y atiendas sus necesidades, nadie mejor que sus padres para saber en cada momento lo que su bebé necesita. Y, aunque es muy probable que los primeros meses o incluso años de vida vuestro sueño se vea alterado, poco a poco se irá regulando y el bebé irá adquiriendo sus hábitos de sueño. Con calma, mucho amor y paciencia llegará un momento en que el bebé duerma toda la noche.

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